¿Qué cómo me siento? ¿qué puedo decirte pequeño?
Ya nada me parece como antes, miro atrás, hacia el pasado, observo los errores cometidos, los errores enmendados, los errores que siempre perdurarán y los que se desvanecieron como una mañana de neblina.
Y es que todo me ha cambiado… me entristece saber, que en menos de un año, me he convertido en otra persona completamente diferente de la que era.
¿Habré madurado? ¿habré mejorado? ¿habré empeorado? Quién lo sabe, lo único que puedo afirmar es que dudo, y siempre lo haré.
Para muchos supongo que ahora seré una persona mejor, para otros tantos dirán que ahora soy una gilipollas.
Sinceramente, me da igual.
Porque los que hacéis cambiar a una persona, SOIS VOSOTROS, sí vosotros, que hacéis daño y os metéis donde nadie os ha llamado.
Cada día me doy más cuenta del daño que hacen redes sociales como Tuenti o Facebook.
Realmente, me dais pena, todos esos que no tenéis vida social y os dedicáis a ir cotilleando por ahí… por favor, buscaros un amigo.
También me repatea el simple hecho de que la gente te agregue y tengas que aceptarlo porque si no la próxima vez que le veas te hará la típica pregunta de… “¿Por qué no me has agregado, te caigo maaal?” No ti@, no me caes mal, simplemente me eres indiferente, he cruzado dos palabras contigo y tú te pones a hablarme por el chat como si me conocieras de toda la vida y encima preguntándome sobre mi vida privada.
Por favor…
Junda paí a todos.
¿Qué puedo decir?
Me dais asco toda la gente así, si.
Esto va dedicado a todos aquellos que se dedican a hacer este tipo de cosas, si te das por aludido, quizás deberías cambiar un poquito y no ir coleccionando amigos en estas redes sociales.