Dying doesn't make this world dead to us. Dreaming doesn't keep the flame alive in us. Breathing doesn't make time less real for us. One life, one chance. All ephemeral.

domingo, 13 de octubre de 2019

Always Hollow

Casi las siete de la mañana, una vez más, años después; la misma melancolía. Nada ha cambiado. Una noche genérica más de tantas que tuve durante mi adolescencia, solo que ahora duele menos. O no, duele igual, pero he aprendido aún a ocultar mejor lo que siento.

Marta, ¿cuándo aprenderás que no debes dejar que nadie entre en tu corazón?, que si amas de verdad, lo haces para siempre, y que para siempre es mucho tiempo sin recibir lo que tanto deseas. Innecesaria frustración continua, merecida penitencia.

La última entrada de este blog fue al poco tiempo de empezar a vivir en la que fue nuestra casa por cinco largos años, así que supongo que tiene sentido hacer otra ahora que abandoné todo lo que forjé durante ese tiempo, con el sudor de mi frente y el sabor a sal de mis lágrimas.

Tu vida ha cambiado drásticamente estos últimos seis meses, y aún así, sigues como siempre, dejando huecos en tu corazón que nunca podrás llenar por decidir jurar amor incondicional a todos esos que no dudarían ni un segundo en marcharse.

Irónicamente has acabado en el norte. Quién se lo diría a aquella chiquilla de 18 años que habría dado lo que fuera por vivir aquí, por hacer honor a tu tatuaje, y ahora que estoy aquí, que tengo trabajo y que estoy agusto, sigo sin poder llenar ese maldito agujero. ¿Alguna vez podré? No creo que nunca haya sido capaz de sentirme satisfecha con mi vida y conmigo misma, y es una frustración constante intentar llenar un hueco que jamás se llena.

¿Qué será de mi? Siempre tuve esperanza, pero cada vez me adentro más en el abismo, directa y sin frenos, y sin una mano de luz que me saque de ahí. Esa mano que tenía y que desapareció. Esa mano que siempre desaparece. Esa mano que te vendió a la oscuridad.

No hay comentarios: